María Jesús Airola (A12), encargada del grupo CSA en Lisboa, nos comparte: "Lisboa 2023 fue una experiencia única, creo que no hay palabras que puedan describirla. Para mí, fue comunidad, tutoría, amistad y aprender a expresarse, manifestando el amor de Dios entre hermanos de distintos países.
De todo lo que pasaba a mi alrededor, nada se escapaba del amor de Dios. Desde las manifestaciones de cariño de la comunidad, entre ellos y con el resto de los países, a otras “coincidencias", por lo que la frase que más nos nacía era: ¡Gracias Señor! Siento que ese es el desafío de la tutoría, el poder conocer a la comunidad y desde su realidad y sus necesidades, poder guiarlos.
"Una experiencia impactante, ver a toda esa gente reunida por lo mismo", comenta Teresa Lavandero C. (IVºC). Continúa la Jesu, "El Señor reina sobre toda la tierra, la tierra goza" (Sal 96). Todo era goce y alegría, sentíamos que éramos la capital de nuestra iglesia. Compartimos con Angola, que fue el primer acercamiento a la Iglesia Universal, con sus cantos, alegría, bailes, fuimos testigos de que la fe rompe cualquier barrera cultural. Ya en Lisboa, en todos los encuentros con el Papa, era impresionante la cantidad de personas compartiendo la alegría de la fe y las ganas de sumarse a la Iglesia.
En 3 puntos sentí que era vivir el espíritu de ser Iglesia:
1. A través de la comunidad, entre el San Anselmo y San Benito. A una escala mucho más micro que los 2 millones de jóvenes, no dudo que vivimos el ser Iglesia entre nosotros.
2. Experimentar el sacramento de la Reconciliación. Marcó un quiebre, ver a tanta gente llamados a la confesión, cientos de sacerdotes en distintos idiomas, fue muy fuerte de vivir.
3. La Vigilia, los conciertos, la adoración al Santísimo, la misa de envío. Fue vivir por un momento estar en el cielo. Eso sentíamos, que así nos iba a estar recibiendo Dios en el cielo.
La comunidad anselmina dejó su huella..., continúa: "siento profundamente que la comunidad allá no pasó desapercibida. Donde íbamos hacíamos "ruido".
Complementan, el alumno Gonzalo Pavéz M. (IVºB): "Algo que no esperaba encontrar en esta experiencia fue que el grupo tuviera tanta sinergía y fuera tan dinámico, de tan buena relación entre todos. Agrega Teresa, "sin el mismo grupo no hubiera sido lo mismo".
Termina la Jesu: "Vi demasiado fuerte la amistad en la comunidad, siento que éramos uno, y muy compactos. Aprendimos a que somos un movimiento de Iglesia y que desde ahí queremos esparcirlo por el mundo”.