El coro, preparado por alumnos del Colegio y el departamento de música, se componía además por los alumnos de 3º básicos, invitados especiales a participar en este importante hito, como parte de la motivación a lo que vivirán ellos en un año más.
El padre Cristián Rodríguez, (SJ) con gran carisma compartió alegremente la homilía en la cual, a través de preguntas a los protagonistas, les recordó que este importante día comenzaban su vida Eucarística y como todo, "no era fácil, pero que valía la pena". El gimnasio, decorado con olivos naturales, estaba iluminado y proyectaba las lecturas y canciones, que los padres, coreaban junto a los niños y abuelos presentes.
Llegó el momento de comulgar y cada uno recibió el alimento espiritual que marcaría un sello en sus corazones, “El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él." (Jn 6, 56).
"Cuando comulgué pude ver que el vino era como naranjo y sentí que era amargo, y la hostia tenía una textura de papel. Llegué a mi asiento con mucha emoción porque conversé con Jesús". Comentó Magdalena Severín.
Antonia Infante, nos dijo: "Mi experiencia fue distinta a lo que me imaginaba, y el sabor también fue distinto a lo que yo pensaba, pero aun así me sentí más viva".
Comparte también, Max Aguillón: “Me costó levantarme temprano porque era sábado, pero lo entendí todo cuando recibí la Comunión”.