“Este domingo recién pasado celebramos la venida del Espíritu Santo, momento en que Dios nos envía el amor que surge del Padre y del Hijo, esa efusión que traspasa los lugares más recónditos del universo y, sin duda, también los lugares más recónditos de nuestro corazón.
Este amor se manifiesta en los regalos que nos deja, dones que transforman nuestras almas para poder reconocerlo y vivir una vida donde Dios traspasa todo, donde podemos ver nuestra realidad a través de Su realidad”(…) (extracto de El Boletín 1225 MAM).
El sábado en la tarde, en una Eucaristía que reunió a toda la comunidad, los anselminos esperamos el fuego y luz de la venida de este Espíritu que en esta fiesta de Pentecostés nos regaló Sabiduría, Entendimiento, Consejo, Fortaleza, Ciencia, Piedad y Temor de Dios.
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